Me acerco a él lentamente mientras me desabrocho mi vestido de noche, el me mira vacilante, pensando en levantarse de la silla y quitármelo el mismo o dejar que lo haga yo. Cuando termino de quitármelo, lo dejo caer sobre sus piernas, el admira mi cuerpo desnudo con esos ojos azules, en ellos tenía un toque de lujuria. Doy una media vuelta dejando sonar mis tacones contra el suelo y rodeo la silla que él estaba sentado, quedando detrás de él, me agacho un poco curvando mi espalda para quedar a la altura de su cuello. ﹣No jueges conmigo Nell﹣ dijo notablemente excitado, a lo que yo contesto con un pequeño mordisco sensual en su lóbulo derecho, este reacciona con un gruñido de satisfacción ﹣Si no hay juego, no hay diversión﹣ dije dando la vuelta a la silla quedándome en las piernas de Jaden ﹣La única regla de este placentero juego, es prohibido enamorarse, así que ¿Por qué no jugar un poco?﹣ terminé de decir casi encima de sus labios. Los dos no aguantamos la mirada y él fue el primero en bajarla a mis labios, hico la intención morderlos cuando me alejé un poco. ﹣No te he dado permiso para besarme﹣ dije sensualmente- mi juego, mis reglas ADVERTENCIA: Esta historia tiene contenido adulto, escenas sexuales, lenguaje adulto y demás.