[COMPLETA] Era simplemente perfecto, ojos rasgados, piel tostada, labios finos, vestimenta delicada resaltando sus perfectos músculos... Para el amor no hay edad y Alexander Ligthwood, utilizaría esa frase para conquistar aquel hombre que podría ser su padre. ¿Pero qué más da? No estaría mal tener un sugar daddy como ese asiático. Sus mundos caen a su alrededor y los muy atrevidos, se arriesgarán a ser la liberación del otro.All Rights Reserved