La felicidad o la tristeza, el encanto o la decepción, la belleza o la fealdad son una opción. Siempre uno puede optar por uno de los dos caminos. Si sufro una pérdida, de un amor, un amigo o una cosa, puedo optar por sentirme triste por la pérdida, o feliz por lo que disfruté al tenerlo. Si sufro una decepción puedo optar por quedarme pegado con la desilusión, o dar un paso al lado para seguir adelante. Si solo veo fealdad a mi alrededor es porque mi alma es deforme, pero si miro las cosas con el corazón, veré que hay belleza en todo, hasta en lo más oscuro de la existencia siempre hay una luz... todo depende de cómo se mire. Escojo mirar con el corazón.