Al principio no sentí nada, como si fuese sólo un mal sueño ¿no les pasa que a veces imaginan finales trágicos? Algo así estaba experimentando, parecía sólo una pequeña ilusión. Una mala jugada de mi mente.
Luego cayó una lágrima, se sintió como cuando se rompe una barrera, y luego era una catarata formándose en mis ojos. El fin. Éso había dicho ella, todo acababa ahí.
Y si, en algún punto caí en su trampa, sólo era un beso, un simple reto que cualquiera podría cumplir, pero entonces todo se confundió... Ella sencillamente ocupaba todo lugar en mi cabeza, y de repente pensar en la suavidad de sus labios se volvió lo más común en lo que podría ocupar mi mente.
Lo único diferente en mi, lo único que no cuadraba con lo que yo ya me habia acostumbrado a sentir, es que ella es una chica... y yo también.