Justo cuando pensé que mi vida no podía ser más malditamente complicada, llegó él a poner todo de cabeza. Aun más de lo que ya estaba.
¿Quien lo iba a decir? Me enamoré del tipo menos... Menos como yo.
Mi vida nunca fue perfecta, claro que no, pero estuvo muy cerca de serlo. Nunca fui consciente de lo afortunada que fui hasta que contemplé lo desafortunada que podía llegar a ser.
Perdoné, callé, olvidé y cometí errores imperdonables. Suyos y míos, de otras personas, de todos.
Nunca pensé ni por un minuto que mi vida pudiera estar tan rebosante de odio, de dolor, de sangre, de penas, de mentiras, de muerte y de sufrimiento; pero lo estuvo todo el tiempo, el problema era que yo no lo quería ver.
Yo sé que él llora cada noche, que maldice cada segundo de su vida, que no puede dormir, que piensa solamente en cual podrá ser su castigo por todos los pecados que ha cometido, que no se considera humano, que no sabe que hacer para parar todo el dolor...
Yo lo sé a la perfección y lo comprendo más que nadie.
Él nunca lo quiso creer, no podía siquiera considerar que alguien lo pudiera amar, que fuera merecedor de un cariño tan profundo como el mío, pero si lo era.
Tampoco quería aceptar lo que él mismo sentía, porque era demasiado desagradable para siquiera pensarlo, algo totalmente remoto a su forma de ser y de pensar
Yo sé también que no es su culpa, nunca estuvo en sus decisiones, no era una cosa de la que él tuviera el control, que pudiera hacer algo contra ello.
Algunas personas nacen con la tragedia y el dolor en sus venas, con su destino escrito en sangre. Algunas otras nacen con el amor y la esperanza, con la alegría y la ingenuidad. Totalmente diferentes como suenan, ambos necesitan el uno del otro...
"Quizás tú estás deseando un cuento de hadas... Esto no lo es"
Han pasado cerca de 7 años después de que ambos miembros de la realeza se vieran por última vez debido a sus deberes reales y prometieron volver a encontrarse, pero.... ¿Será como lo habían planeado?