Creo que todos ya alguna vez hemos escuchado sobre la leyenda japonesa del "Hilo Rojo" ¿no? Aquella que habla sobre un hilo rojo amarrado a nuestro meñique y el de nuestra alma gemela, a quien estamos destinados a conocer, ya que el hilo puede jalarse y enredarse, más nunca romperse...y viendolo así, parece ser algo muy lindo y romántico, pero no para aquel chico nipón-americano, que se encontraba en aquel panteón frente a una lápida con la inscripción: "En memoria a Miguel Rivera, un alma libre y feliz".