-No quiero que me vuelvas a tocar en tu vida -grite y mi mano se impactó en su mejilla fuertemente. Puso su mano en su mejilla y volteó a verme. -Acabas de cometer el error de tu vida. Di un paso atrás con miedo, pero el tomo mi brazo fuertemente. -Mírame -ordenó tomando mi mentón, haciendo que mirara sus ojos azules, que antes habían logrado sacar en mi mil suspiros, pero ahora solo lograban que mi cuerpo temblara y que tuviera ganas de hacerme pequeña, tan pequeña que lograra desaparecer. -¿Qué harás? ¿Vas a golpearme hasta matarme? -dije escupiendo las palabras. -Tal vez -contesto arrogante. Soltó mi mentón y me dio un golpe en la mejilla y prosiguió golpeando todo mi cuerpo, sus golpes eran fuertes, constantes como si no quisiera parar nunca, golpeaba mi estómago, mi rostro y yo solo me retorcía del dolor sin poder hacer nada. -Ba... st... a Trate de decir pero el me ignoró, me golpeaba como a un saco de box, mi cuerpo no iba a resistir más pues empezaba a sentir como mis ojos se iban cerrando. -Déjala -grito alguien a lo lejos o al menos así lo sentía yo. Se escucharon varios golpes y después sentí a alguien cerca de mi. -London -dijo la voz que reconocí y supe que era Ian, me tomo en sus brazos- estoy aquí tranquila -dijo y camino conmigo en sus brazos. Cada movimiento que hacía era como si enterrarán una aguja en mi, pero alguien había llegado a mi rescate y estaba feliz por eso pero mi cuerpo estaba agotado. -London no te duermas, quédate conmigo -ordenó la otra persona recostándome en el asiento de un auto. Quería hacerle caso a la otra persona pero mi cuerpo exigía que cerrara mis ojos y no pude luchar contra el.All Rights Reserved