Cogí con rigurosidad el papel que se encuentraba tirado sobre la cama de Harry y comencé a leer.
"Ella: angel y demonio; cura y veneno; tarro y mariposa... Bonita, más de lo que debería. Pocos se resisten a cogerla en brazos y los que lo hacen, descubren que tiene espinas. Y yo como tonto que bien lo sabía , la cogí sin pensarlo dos veces. Su belleza me cegó, ¿a quién no le cegaría? Tan solo los ciegos podrían resistirse a tal hermosura. Sus espinas me han pinchado dejándome una terrible herida en el corazón. Pero por mucho daño que me haya hecho, nunca ha sido culpa suya. La muy dulce se compara con una mariposa, pero no se da cuenta de que en realidad ella es una rosa."
En ese pequeño instante en el que leí la nota comprendí un importante detalle: Yo era la rosa.