Ese día en la mañana vi en los estados de Nathaly algo singular; una imagen que rezaba "Hoy pasaré a la historia". Sus estados últimamente eran extraños, hace unos días mencionó mi apellido en uno de ellos, específicamente en una lista de motivos, en el cual añadía que la condición que tenía al subirlo era no decirle a nadie porque era un motivo de algo en su vida. Y recordando nuestro pasado supuse que el yo era uno de los motivos por los cuales había tenido problemas con sus padres. Ese día el ambiente se sentía tenso, demasiado para mi gusto, tanto que ni siquiera las psicodélicas canciones de Carlos Sadness podían ayudar a aligerar el oxígeno a mí alrededor, todo era tan sofocante. Las clases transcurrían a la misma velocidad de todos los días, pero hoy todo era más lento e intenso -o por lo menos así parecía -. Me sentía muy nerviosa y no sabía si era por el torturante sonido de las manecillas del reloj que reposaba en la pared o porque ese día vendrían representantes de universidades locales para darnos múltiple conferencias acerca de sus excelentes programas académicos. Y todo sucedió tan rápido, por primera vez en mi vida supe que no tenía el control de la situación, cosa que o era normal; en este caso mis cursos de prevención y rescate en catástrofes o de logística, inclusive mis habilidades deportivas y de defensa personal no me ayudarían a calmar a una persona fuera de sus cabales a punto del colapso,... oh y apuntándome con una A-17012. ------------------------------------------------------------------------ -¡Oh no! Nathaly por el amor de Dios o de que sea que creas baja esa maldita cosa- Dije al borde del colapso, tenía tanto miedo. Mi crisis nerviosa era tan grave y de eso me di cuenta cuando sentí mis pantalones húmedos. -¡No! Hasta aquí llego esto, aquí se termina todo, aquí mismo donde empezó.