A su alrededor sólo miraba desolación, casas y edificios destruidos, los campos y bosques estaban casi extintos, en su lugar sólo había tierras áridas, el agua estaba escaseando. Pero lo más triste era que las personas vivían con miedo, hambre, desesperación y dolor. Ese dolor insoportable por haber perdido a sus seres queridos en mano de aquellos devoradores de seres vivos. Ese dolor que él conocía muy bien.