Craig Tucker, un hombre de 20 años de edad.
Lo tenía todo a su alcance...Riqueza, poder, fama.
Era alguien social, podía comprar amigos o pareja tan fácil. Era un cretino, un ser peligroso que obtenía lo que quisiera con tan sólo chasquear los dedos.
Pero... No se dio cuenta de que le faltaba lo más importante.
Un día, Tucker decidió asistir a una "actividad" que, hasta hace unos meses, era ilegal: Las subastas.
Éstas eran prohibidas por el tráfico de personas, pero con ayuda de unos cuántos billetes fue legalizada.