El mundo sorprende; alegra, hiere y viceversa. Estamos destinados a solo cumplir, y tragar dolor. Conformarnos y no brindar opiniones por el único hecho de no ser oidos. Perceveramos, y no tenemos personas especiales para triunfar con ellas. El único voleto que anhelo es realizar un turisto momentáneo al éxito, y estar sentada en aquel rincón mirando la pared blanca y simple. Técnicas inmunes me impiden volver a coincidir con tu mirada, y el cielo me sonríe a travez del postizo sol que ilumina mis mañanas.