-Pero... ¿Cómo llegare a amar a alguien con quien me regalan?- pensó Sakura al colocarse su velo de novia y mirarse al espejo -¿cómo? si me regalan como si fuera un simple objeto- se volteo, agarro un collar que le había regalado su padre, se lo coloco y miro una foto de su ex novio, -pensé que después de tantos golpes que me había dado la vida, por lo menos sería feliz contigo, pero sin ti... ya no me importa nada, ni siquiera tener un matrimonio forzado.
-Lo que hago por superar a mi maldito hermano- pensó Sasuke acomodándose su saco y echarse una mirada al espejo -Hmp, pero no puedo permitir que ese maldito se quede con mi empresa, no importan los medios mientras se consiga el objetivo- se volteo, agarro la manija de la puerta y susurro -aunque sea un matrimonio forzado-.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.