Al nacer el pequeño abrió sus ojos azules oscuros y observó a su alrededor sin abrir la boca. Cuando el -desconsiderado- doctor le dio una palmada en sus nalgas en lugar de llorar un "tch" escapó de sus labios mientras una irritada mueca florecía en su cara.
Les había visto* a través de los cristales, igual que había visto a más medicos y enfermeras, e inmediatamente desvió sus ojos en la dirección contraria, frunciendo cejas y labios. Aquello iba a ser una gran molestia. No solía apostar pero aquello no era una apuesta sino una realidad incontestable.
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Advierto de que si no has leído K, o por lo menos visto K Project, K-Missing Kings y K-Return of Kings (en ese orden) no entenderás un pimiento (probablemente; también es verdad que he tratado de incluír la mayor cantidad de detalles, por lo cual esto está rellenísimo de SPOILERS de prácticamente todo, todo, todo lo que he podido encontrar.
No existe una línea de sucesos de todo lo que relato aquí, al menos no una que yo haya encontrado que te cuente todo lo ocurrido, por lo que pese a que he tratado de ser lo más exacta posible, igual hay cosas que no cuadran (di también que esto es anticanon: leches, con Saruhiko dando vueltas por ahí no podéis esperar que él vaya dejar al mundo irse a la p*t* de la misma manera que lo hizo la primera vez XD
Concluyo de momento añadiendo que esto es un fanfic; por lo cual el universo y los personajes no son de mi creación ni propiedad, y lo mismo va para esa portada tan preciosa que tengo. Si alguien conoce al/a la dibujante que pase el nombre, please.
*Cuando nacen y durante sus primeros meses los bebés no ven con claridad, sino una amalgama de colores. Lo que es más, no tienen un sentido de individualidad, sino que todo lo que ven lo consideran una parte de sí mismos (o lo considerarían si tuviesen el pensamiento racional de un adulto). Como éste bebé en realidad es un adulto reencarnado, pues me he tomado esa licencia ^u^