Ya fué la mudanza.
Una historia larga, algo que no muchos se atreverían a contar, no por lo bien o mal que suene, si no por como es su mente y hace que cambies totalmente, muchos mueren por éllos, aquéllos que no controlan sus sentimientos, pero entre la gente "normal", nos encontramos con estos, bien amados, bien envidiados, bien listos, bien odiados, pues su mente, sobrepaso lo que nosotros núnca sobrepasaremos, pues desde aquí, entrás a este nuevo mundo, ojalá así te sientas mejor con tu aburrida mente pero por ahora sigue apretando tus dientes, la curiosidad mato al gato, no te desesperes, pues tambien la curiosidad mato el alma del hombre, quizá te reirás, quizá los temeras, pues su cuna es tu cabeza, mirad, si dios nos creó y el diablo nos cambió, pues dios quiere que seas un esclavo, para ser salvo en otro lugar, un destino no confirmado, pues si mirás más allá, te darás mucha cuenta de que la gente "normal" fué el diós que creó a los dioses para su beneficio propio, e aquí a un jovenzuelo cuya mente es totalmente sorprendente, quizá nó en este mundo regido por la moral actual, pero mientras más lo conozcan, bocas abiertas habrá...
Nuevo estudiante, nuevo inicio, compañeros nuevos, únicos y "normales" entre tanta gente del mundo moderno, pocos son cómo éllos, aquí aprenderás varias cosas de la psicología, te sorprenderás, quedarás pasmado, prepárate a conocerlos, a éllos, gente de brillante y única mente e ingenio.
Saint Adofaer es un hospital psiquiátrico de alta seguridad donde habitan los monstruos más oscuros de la mente humana: asesinos, manipuladores, criminales que se esconden detrás de una máscara de enfermedad.
Anthony Cadwell, un joven residente de psiquiatría, llega con un propósito claro: explorar los límites de la locura y entender lo incomprensible. Pero Saint Adofaer no es un lugar para comprender, es un lugar para resistir. En sus pasillos helados y bajo las luces estériles, conocerá a siete pacientes, cada uno una grieta en la humanidad, cada uno una forma distinta de perder la esperanza.
Pero será su última paciente quien lo marque para siempre. Una historia que sobrepasa todo diagnóstico, y que le enseña una verdad inquietante: los libros de medicina no lo enseñan todo.
¿Qué sucede cuando aquello que intentas salvar te susurra que nunca debió ser salvado?