Siempre me han parecido curiosas las historias de amor, una noche sales y encuentras a aquel que será tu alma gemela para la eternidad, una sonrisa y un par de palabras y ya no hay más.
Siempre había soñado con un hombre especial, que enmedio de la noche nuestras miradas se encontrarían y tras beber un poco, coincidiríamos en la pista y surgiría el amor.
Ridículo, lo sé. Ahora lo entiendo mejor que nunca.
Mirando tantas veces hacía atrás que no fui capaz de ver que había más, no nos conocimos por casualidad, era cosa del destino eso. Había oído hablar de él tantas veces que el mito sobrepasa a la persona, quizá yo esperaba demasiado, o él quería asustarnos, pero una tarde de septiembre algo nació, sin sentido, ni reglas, sólo vino a destruirlo todo.
Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.