En Corinto nadie es extranjero, todo el que aquí llegue es bien recibido, reza un cartel de aluminio en el parque central. Más adelante en otro cartel se lee la siguiente frase: Bienvenido, siéntase como en su casa. Tanto extranjeros como nacionales se sienten atraídos por la belleza natural que Corinto posee, pero aquél paraíso está plagado de demonios que siguen su instinto salvaje. •En está historia se narran hechos totalmente ficticios, con un pequeño toque de realidad, las escenas aquí redactadas son absolutamente producto de mi imaginación. Cualquier parecido con la realidad es solo coincidencia. •Aclaración: está historia no contiene paranormal. Todos los derechos reservados. No se permite la copia parcial, ni total de está obra, sin autorización del autor.