Él era un maldito grano en el trasero...
---¿Qué pasa mi pequeña marimacha? ¿No te gusta que te diga lo fea... perdón, feo que eres?---Dijo el inmbecil mientras me acorralaba entre él y la pared.
Él era un maldito cretino...
---Dime ya la verdad---Se acercó arrinconandome fuera de los vestidores---Lo único que quieres es pasar tiempo conmigo, no mientas, tus padres no te están obligando a nada.
Él era mujeriego a morir...
---Adios guapa---Le dio una nalgada a la mesera que acababa de atendernos---Llámame.
Él era un hipócrita...
---Juro señora que nunca en mi vida lastimaria a su hija ni con el petalo de una rosa, la quiero suegra---Le dio un beso a mi madre en la mejilla y cuando ella se alejó, se me quedó viendo y comenzó a reír---Dios no soporto a tu madre.
Él era un mentiroso...
---Te quiero más que a nada en este mundo amor---Lo dijo tan serio que por un momento pensé que hablaba enserio pero entonces comenzó a reír, era sólo una mentira más.
El era...
¡Dios él era todo lo opuesto a lo que una mujer quería! ¡Él era la persona más imbécil que había conocido en mi vida! Pero aún así creo que yo tambien era imbécil porque termine callendo en su estúpida sonrisa, en sus estupidos ojos, en su estúpido él.