El cubano se estaba volviendo loco, estaba muy seguro de ello, pues aquel chico de ridículo cabello se encargaba de hacerlo. Bien es cierto que admiraba su forma de pilotar, pero aquello era lo único bueno que pensaba de él, o eso creía antes de verlo llegar al clímax gimiendo su nombre. "Quiznak", pensó el muchacho de piel morena, sabiendo que deseaba a aquel chico al que molestaba constantemente. - L-Lance~♥...- Escuchó la voz jadeante de Keith y, acto seguido, lo miró de reojo. Aquella imagen lo descontroló. "A la mierda", pensó Lance. Eran rivales, y le demostraría en aquel instante cuán por encima estaba de él. Y así, olvidó toda cordura y besó a su maldito Mullet, listo para hacer de aquella noche la mejor de ambos.All Rights Reserved
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