No aprendí a dormir de noche ni a beber sin desamor, no sé bailar con música ni escapar del pasado. No sé sentir a medias ni esperar a que amanezca, no sé oír tu nombre ni correr de los pecados. No sé trazar el camino ni herir con intención, no se escuchar consejo ni sonreir por compromiso. No sé decir adiós ni pactar con la muerte, no sé pedir perdón ni sabré nunca olvidarte.