SEXDUCTOR

-Si tu vida fuese diferente, ¿renunciarías?- me preguntó en la obscuridad de la noche... estábamos en nuestro pequeño punto de reencuentro, las velas, ahora gastadas, eran lo único que me ayudaban a poder ver aquellos ojos(...)
Me tocó aquella línea pálida que me recorría hasta unos centímetros antes de la clavícula. Definitivamente me hubiese gustado haberlo conocido de una forma diferente... Pero yo no rijo del todo mi destino.
Karlet me había dicho que tuviese cuidado, era lo más importante y sencillo de todo aquel proceso, «no permito errores de ninguna clase, a menos de que ese "error" sea ventajoso para nosotras.
Había pasado varios minutos en silencio, sin darme cuenta, me había negado a verlo y tocarlo.
Sentí que nuestra respiración se volvía más densa.
-Eso creí. -se paró y me dejó sola en la habitación.