Me acabo de despertar de un sueño profundo. Todo lo que recuerdo de él es un fondo negro y algún que otro ruido, pero, a parte de eso, creo que no había nada más.
En verdad, además de no recordar mi sueño, tampoco recuerdo quién soy. No me acuerdo de mi nombre ni de la edad que pueda tener. Supongo que tengo catorce o quince años por mi desarrollo físico, pero no estoy tan segura.
Veo que mi pelo es castaño claro con algunas mechas rubias, aunque mis ojos no sé de qué color son.
Pero creo que soy una chica alta, porque mis piernas son bastante largas, o, al menos, es eso lo que creo.
Estoy en una situación algo rara.
No sé ni quién soy, pero tampoco tengo a nadie que me lo pueda decir, ya que estoy encerrada en esta habitación inmovilizada por una cuerda que me impide realizar cualquier movimiento.
No sé lo que podrá suceder pero mi instintinto me dice que tengo que estar en todo momento con los cinco sentidos, pase lo que pase.