Me acabo de despertar de un sueño profundo. Todo lo que recuerdo de él es un fondo negro y algún que otro ruido, pero, a parte de eso, creo que no había nada más.
En verdad, además de no recordar mi sueño, tampoco recuerdo quién soy. No me acuerdo de mi nombre ni de la edad que pueda tener. Supongo que tengo catorce o quince años por mi desarrollo físico, pero no estoy tan segura.
Veo que mi pelo es castaño claro con algunas mechas rubias, aunque mis ojos no sé de qué color son.
Pero creo que soy una chica alta, porque mis piernas son bastante largas, o, al menos, es eso lo que creo.
Estoy en una situación algo rara.
No sé ni quién soy, pero tampoco tengo a nadie que me lo pueda decir, ya que estoy encerrada en esta habitación inmovilizada por una cuerda que me impide realizar cualquier movimiento.
No sé lo que podrá suceder pero mi instintinto me dice que tengo que estar en todo momento con los cinco sentidos, pase lo que pase.
Rebecca Armstrong no concede deseos. Cobra deudas y esta aquí para reclamarme.
Todo lo que quería era recuperar a mi hermanito de la mujer que se lo robó .
Mi familia esta en deuda con Becky, una mujer a la cual odian, y me repudian cuando los ojos del diablo se desvían hacia mi. Ahora no hay nada ni nadie que me proteja de la mujer cruel que dirige esta ciudad desde las sombras.
Pero Becky no me va a arrastrar por el pelo todavía. Ella me va a atormentar primero.
Becky exige que juegue sus retorcidos juegos. Ella piensa que me desmoronaré para su diversión, pero llevo un secreto que es mas grande que nosotros dos. Un secreto que ahora esta en manos de la peor mujer posible.
Todo lo que anhela soy yo. Todo lo que exige es todo. Becky me dará todo lo que siempre eh querido; todo lo que tengo que decir es "deseo que"...
Pero un deseo es una maldición cuando lo concede el mismísimo diablo.
Becky G!p