Mrs.Playgirl and Mr. Playboy

-Lo primero-dijo anotando en el tablero con un marcador borrable.

-NADA DE FIESTAS- anoto en mayúsculas.

-Pero ¿por qué? ¡Las niñas buenas también van a fiestas!- renegué como una niña pequeña.

-Pero no al tipo de fiestas a las que vamos- Dijo mi papá fingiendo que tenía una botella en cada mano.

-NADA DE SEXO-anotó en mayúsculas por segunda vez.

-¡SE ME VA A VOLVER A RECONSTRUIR EL HIMEN!-grite viendo la expresión de asco de papá.-papi, no hagas esa cara que tú has roto cientos de ellos-dije haciendo mi mejor cara de ángel mientras ellos se ahogaban de la risa.

-Hanna-dijo Ian cuando se le había ido la risa- dos cosas,-dijo mostrándome sus dos largos dedos, intente no pensar en donde han estado esos dedos pero fue imposible-Primero: El himen no se puede reconstruir (a menos de que te operes y... Tú no eres esa clase de persona-dijo guiñando el ojo- segundo: Puedes tener sexo, si-hice una expresión ilusionada hasta que soltó lo siguiente- pero tiene que ser con alguien que sea tu novio.- Finalizó, lo mire con los ojos muy abiertos pero sin protestar, ellos como yo sabían que el que renunciara al sexo era algo imposible, y aún más imposible que consiguiera novio.

-NO GROSERÍAS- anotó mirando a mi padre el cual estaba practicando con mi guitarra.

-¡Carajo, no más puto!- Grite para hacerlo enojar pero lo único que logre fue una risa ahogada de mi padre y una pequeña sonrisa de Ian.

-Y por último... NO DECIR TU APELLIDO- anotó por cuarta vez
-Esta es la última y más importante ya que si dices tu apellido ellos sabrán quién es tu padre, y ser hija de uno de los rockeros más prestigiosos y alocados del mundo no es la imagen que precisamente queremos dar de ti ¿no?-preguntó con una sonrisa.
Una vez dicho esto... Que comience el plan.

Y así comenzó toda esta locura.