"Alex, te amo. Yo te amo cien mil veces más, Justin. Eres un mentiroso" ¿Quién dijo que el primer amor no era para siempre? Quién quiera que sea, al diablo con esa persona. Justin ama a Alex y él también lo ama: es todo lo que necesitan saber. Pero no siempre es así. Cuando comienzan a aparecer cartas con olor a frutilla en el casillero de Justin las cosas comienzan a ponerse feas.