Ningún gato posee siete vidas, a raíz de eso se aprovecha la única. Para lograr hacerla irrepetible. Nunca imagine encontrar la tierra bella, y no me refiero al país o continente en el que habito, hago referencia a la tierra que trabajo todos los días, la tierra que me brinda frutos y con la que cocino casi a diario. Sentir algo vivo que creciera gracias a mis manos me hizo sentir afortunada, aquella huerta no se descomponía al tocarla, no me lastimaba si la cosechaba, no me golpeaba cuando sacaba sus frutos, me sentía dichosa. Bastaron algunos meses en aquel pueblo de Boyacá para que finalmente lo perdiera todo, al desagüe fueron las plantas, la tierra se corrompió de sangre y violencia, para luego perderse todo o tal vez terminar de perderme, en este momento no estoy del todo segura.