Cuando acepté ese trabajo administrativo con horarios flexibles y pocas exigencias, pensé que estaba haciendo algo maduro. Responsable. Lógico.
Spoiler: no lo era.
Porque resulta que la empresa... es de la familia de él.
Sí, ÉL.
Ese ex al que prometí no volver a ver ni en pintura. El mismo que me rompió el corazón con una mezcla casi artística de indiferencia y cobardía.
Y ahora, por culpa de mi entusiasmo por los ingresos extra y mi negligente habilidad de leer bien los nombres de las empresas... compartimos edificio. Y, si las cosas siguen así, café, ascensor y trauma también.
Entre mails, moños, entrevistas rarísimas y frases que ojalá no hubiese escuchado nunca, esta historia no va (solo) de un ex. Va de crecer, de no huir -aunque quiera- y de descubrir que a veces, cuando una cree que está avanzando... está, en realidad, volviendo a empezar.
Clara solo quiere sobrevivir al primer año de universidad sin llamar la atención. Fácil, ¿no?
Spoiler: no, si tu compañera de habitación es Valeria Montes.
Influencer, popular, perfecta... y con una extraña habilidad para ignorarte por completo.
Clara la odia. Valeria ni siquiera se digna a mirarla.
Y lo que empieza como indiferencia, pronto se convierte en algo mucho más complicado.
Porque a veces, lo que más te molesta... es justo lo que no puedes dejar de mirar.