Irene murió de un disparo en el auditorio de su escuela. Su alma no logró encontrar el descanso y ahora se encuentra vagando por los rincones de aquél lugar. Ha visto ir y venir a distintos alumnos y alumnas, pero un día una hermosa chica amante del baile capta su atención. "Nunca podré abrazarte" "Nunca podré besarte" "Nunca podré estar contigo"