Mi nombre no era especial.
No era importante.
Solo era LaHaye, Therese LaHaye.
¿Mi único error?
Enamorarme.
¿Mi única salvación?
Enamorarme.
No lo había previsto, lo detesté al principio.
Estúpido amor.
Maldita existencia.
¿Por qué diablos a mí?
Therese LaHaye: la chica indiferente que pasa por el mundo de puntillas.
¿No era suficiente eso?
Era un gracioso cinismo, si lo quieres ver así.
Pero al fin y al cabo... lo mismo que me dió la vida me la arrebató inesperadamente... y aprendí a ayudarle desde allí ... o al menos eso fue lo que intenté.