Desde su imperio le observa, riendo de su sufrimiento y deleitándose con sus lágrimas. La esperanza era algo que no podía permitirse, su mirada le consumía el alma un poco mas. Entre cruces de carbón y labios bañados en cianuro dictaron su futuro. El tul negro cubrió el jardín y la rosas se marchitaron Él sabía como aislarte del mundo entero. La cordura gritaba piedad más los ojos se negaban a la realidad. Él sabía como destruirte y volver a armarte en un segundo. Los caídos están llorando y sus almas manchadas ruegan el perdón. Los lobos aullaron a la luna implorando un salvador. Sonrisas torcidas con maldad y ron de la más alta calidad. Fueron noches de adiós y mal Gritos silenciosos entre nubarrones de sal.
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