─ Te diste cuenta de que sólo eres una gran ramera, ¿no? ─ ya estaba acostumbrada a oir esa palabra salir de la boca de los demás con furia y algunas gotas de saliva, pero le dolía el hecho de que fuese la boca de una gran amiga esta vez ─ seguro no le tuviste piedad a la virginidad de ninguno y te los cogiste a todos.
¿Valía la pena defenderse. . .?
Vamos, nadie muere por intentarlo.
─ Lamento mucho que veas en mí lo que hay en ti ─ susurró, sintiéndose algo culpable por sus palabras ─ pero no, yo─ y nuevamente una abofetada dio lugar en su ya rojizo cachete.
Levantó ligeramente la vista y visualizó a aquel chico pelimenta. Sus ojos reflejaban preocupación que escondía perfectamente tras su indiferente rostro.
─ ¡Min! ─ chilló la pelinegra, culpable del reciente golpe en el cachete de Min-Su ─ Esto no es lo que parece, te lo juro.
La atacada entrelazó un brazo con el de la otra y sonrió de la forma más real que pudo ─ ¡Es un juego! Perdí y la prenda era esta, no te preocupes ─ se apresuró a explicar.
Y aquí vamos de nuevo.
Ella nunca quiso causarles problemas.
Ella nunca quiso hacerlos preocupar.
Lo que no sabía es que ellos ya estaban preocupados.
Y que los problemas no tardaban en llegar.
•La portada algún día llegará, sólo disfruten a Vsual Tae hasta entonces.
Tras la muerte de sus padres, Evie debe dejar su vida como pogue atrás. Ahora, su tutela pertenecerá a su tía materna, lo que la llevará a vivir en Figure Eight y por tanto alejarse de sus amigos. Sin embargo, ahora otra clase de personas aparecerán en su vida.