Una enorme sala con un color oscuro y cortinas rojas, la sala de un rey. Soy el Boss final del juego de fantasía, mi apariencia es humana y me transformo en un monstruo. Cabeza con cuernos de cabra, pelaje en todo mi cuerpo y aunque tenga brazos y piernas son monstruosas. ¿Mi cara? Bueno, soy más parecido a un enorme minotauro de cinco o seis metros de pelaje oscuro y apariencia de extrema brutalidad. Cuando me transformo voy equipado con un equipo de mayor nivel, un par de hachas atadas con cadenas a mi cuerpo y protectores en mi pecho y espalda además de unos pantalones hechos de placas de metal. "Oh, conseguisteis derrotar a mi ejército de monstruos. Debo reconoceros y recompensaros por tal hazaña ¡CON VUESTRA MUERTE!" "¡Ir por los flacos! ¡Reila tu conmigo como acordamos!" """¡Sí!""" Cabe decir que una vez que los jugadores entran a mí sala mi cuerpo se mueve como un NPC. Después de que el grupo de jugadores acabasen muertos volví a poder moverme y me transformaba de nuevo en un humano de cabello oscuro y ojos rojos. Un hombre de unos veintitantos tonificado. En el juego los niveles de los personajes llegan hasta el 100, y pues soy algo así como un DLC (algo así como un paquete de expansión) por lo que mi nivel es tal que no pueden bajarme ni 1/4 de mi HP los mejores jugadores del juego. Hay algunos que ni me quitan un mísero HP y eso lo odio, ¿No pueden dejarme en paz hasta que puedan de verdad derrotarme? Quiero decir, soy un Boss. Un Boss revivirá pasado el tiempo para volver a por él pero si vienen cada momento es imposible que haga mi vida aquí dentro del juego. Sí vida. Aunque no lo parezca yo que tengo la habilidad de crear subordinados hice un demonio de mi tamaño humano, una mujer pero bah ¿quién puede culparme si la hice bonita? Ahora estamos jugando al ajedrez y tal vez por su IA(inteligencia artificial) aprende rápido y me cuesta más. Llevo años jugando a diferentes juegos pero el que más me gusta es este de
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