Paranoias mentales a destiempo. A veces es necesario sacar algo bueno de un corazón dañado, así como escribir su historia recordándola de la forma más bonita que se merece un sentimiento. Parandose a pensar si realmente todo valió la pena, si tu pecho izquierdo de verdad no se merece volver a ser feliz y respondiendote con cada recuerdo, que tu corazón es lo bastante fuerte como para aguantar eso y más. A veces, quedamos tan abajo de los escombros que nos olvidamos que forma tenían nuestros cimientos, y al darnos cuenta de que esa persona ya nunca volverá con una excavadora para salvar las ruinas que causaron sus mentiras, podremos empezar a reconstruir desde abajo, a sellar las grietas con amor propio y a querernos más que a las herramientas que nos ayudaron a poner nuestro cuerpo en pie. Pero nunca sabremos hasta que punto habremos superado aquello, a no ser que al darte la vuelta, sólo te fijes en el camino recorrido, y no en lo lejos que dejaste a la pistola que disparó tantas veces como balas le quedaban. Siempre saca algo bueno, vuelve a fabricar sonrisas dedicadas a tus caídas. Recuerda que el dolor nos permite crear, y tu, cariño mío, vas a empezar a reunir las piedras de tus tropiezos, y créeme, te vas a sorprender de lo que eres capaz de hacer con ellas.