Rolling Stone no se enreda a la hora de describirse: sarcástica, realista, de mala suerte y descomplicada. Y fabulosa, por supuesto ella no deja pasar "fabulosa" o cualquiera de sus sinónimos a la hora de describirse. De hecho, Lyn no se enreda con nada pues ella misma se encarga de mantener su vida simple, toma las riendas para sólo tener que preocuparse por graduarse de la universidad; compartir mil locuras más con sus amigos y su papá y comer tanto helado como pueda. Para lograr esto una de sus estrategias es alejarse de las relaciones, en ellas ve drama innecesario, presión con citas, soportar toda la cursilería que ella no posee y, sobre todo, el enorme riesgo de volver a ser herida... No, ella absolutamente no desea pasar de nuevo por eso. Es por ello que Lyn quiere tironearse de los cabellos cuando Jayden vuelve a su vida a enredarlo todo. El regreso del chico y su repentina declaración implican una nueva preocupación diaria en su vida: no exponer a Jay ni a ella a ser lastimados en el futuro. Con ese ideal en mente, Rolling se propone no dejarse cegar por las sensaciones que él despierta. Lyn está convencida de que, por el bien de ambos, debe ser realista sin importar cuánto le gusta Jay. No obstante, Jayden ha callado por mucho tiempo, su propia inseguridad lo paralizó por años, y él no está dispuesto a permitir que sus miedos o los de Lyn se sigan interponiendo entre ellos. Es así como ambos tienen un nuevo objetivo: ella, no dejarse llevar por sus deseos; él, lograr que Lyn vea más allá de sus temores. »Sin importar cuánto intentes evitarlo, cuando acumulas sentimientos, explotarán.