Y, de manera inesperada, un alma gravemente dañada se apropia de mi mente y corazón día con día. Reprimida, desdichada, pero, sobre todas las cosas, hermosa. No me encuentro en condiciones ni sutilmente adecuadas. Sin embargo, una parte de mí, en ella se ve reflejada e insiste en acudir a su llamado. ¿Quién sabe? Tal vez podamos mutuamente auxiliarnos...All Rights Reserved