Nos situamos en el planeta Vegita, en torno al año 730.
La vida de un joven sayayin de clase baja, estaba a punto de cambiar. Él, Goku, había sido elegido para formar parte junto con su hermano Raditz de la escolta real de la joven princesa. No era un trabajo que a él le fuera a agradar en lo absoluto, pero no podía negarse: necesitaba el dinero para poder formar su vida junto a Milk.
Estaba nervioso, todos los lujos del palacio real le envolvían, se sentía en una nube. Quizá no sería tan malo aquel trabajo, que muchos deseaban tener, por lo que su hermano le había comentado.
Muy pocos habían logrado ver el rostro de la princesa, pues su padre, el rey Vegeta y su hermano, se encargaban de custodiarla con gran recelo. Sin embargo, los pocos que la habían visto coincidían en algo: era la sayayin más hermosa de todo el planeta, y quizá, la hembra sayayin de mayor pureza.
Cuando el inexperto peli - palmera la vió por primera vez, sintió que su corazón se detenía. Sus ojos, verdes como esmeraldas lo atraparon. Cada facción de su delicado rostro, la hacían ver hermosa.
Aunque no quiso reconocerlo, quedó completamente prendado de ella desde aquel día, pero puede ser que no fuera el único que aquel día sintió mariposas en el estómago.
Sin embargo, __ estaba comprometida por órdenes de su padre con un sayayin de la realeza que no conocía.
Y Goku, era un miserable sayayin de clase baja.
Él, no tenía nada que ofrecerle, salvo una muerte segura, a manos del rey, quien no soportaría tal traición por parte de la joven.