Fue como si alguien hubiese apagado de pronto la luz. No podía ver nada, o tal vez es que no había nada que ver. Busqué a tientas su mano pero en esa inmensa oscuridad sólo estaba yo, sola. Por primera vez desde que empezamos ese viaje sentí miedo, verdadero terror, a perderme, a perderle, a perdernos. Supongo que el amor es como un golpe, no te das cuenta de ello hasta que empieza a doler.