De todos los seres en este planeta, de todas las criaturas mágicas tenía que ser aquella a la que me enseñaron a matar.... El mundo suele ser un lugar con tanta diversidad que es increíble cómo puede ser tan preciado el linaje de sangre, para muchos es solo el líquido que corre por nuestras venas, para otros el elixir mágico de la vida eterna pero también la maldición de la eternidad. Para una raza en especial marcaba el seguimiento del linaje más puro que pudiera existir como si se tratase de los reyes de esa raza y aún así fue difícil asimilar que yo soy un destino, que mi vida ya estaba trazada en el primer instante en que respire, que mi vida estaba entre la realeza de un mundo que la familia en la que fui criada perseguíamos sin tregua.