-¿te puedo preguntar algo? -Si, princesa. ¡Lo que quieras! -¿Por qué siempre me dices ‘Princesa’? -Simple. -¿simple? – le digo frunciendo el ceño- -Si, simple y por favor no hagas eso. Te digo princesa, porque pareces una princesa. Y porque no se tu nombre. ¿me lo podrías decir? -¿Decirte mi nombre? –suspiro- Si te lo digo se acabaría la emoción, no te ofendas pero hay ocasiones en que nos sentimos mejor hablando con un extraño que con una persona que conocemos de toda la vida. *Todos los derechos reservados*