CONTRA LA ESPADA Y LA PARED

Nunca supe si realmente mi presencia tenía efecto ante alguien, El pensar que yo era una simple chica a la que le ponían de cabeza las injusticias y malas actitudes de la gente. Me hacía pensar si realmente encajaba en el lugar correcto, ciertas veces dudaba, aunque luego reafirmaba mi postura. La gente a mi alrededor era simplemente una basura y me sentía bien conmigo misma al saber que estaba en lo correcto. Aunque ciertas veces me sentía sola al saber que nadie más compartía mi mismo pensar.

Y ahí estaba yo, la única chica rara que cada vez se convencía de la estupidez humana. Ver a todas las chicas de mi edad; fumando, tomando y llegando incluso a hacer cosas que ni su misma edad les permitía. Hablando como si fueran expertas en temas de alcohol, sexo y drogas. Con tan solo decir que somos unos jóvenes de quince años, me sentía decepcionada de mi generación y que cada vez venían peor. No sé en donde tenían metida la cabeza al ver como se sentían orgullosos de ello. Yo simplemente me concentraba en mi futuro. Desde chica ya había trazado mis metas, pero verlos a ellos me frustraba que ni siquiera se preocuparan porque les mandaran citatorios y reportes de mala conducta.

A pesar de tener que llevarme con varias personas, por el interior de mi alma no me sentía completamente cómoda. Pero esa era la realidad en donde vivía, una realidad donde cada día se distorsionaba más.

Jamás pensé que realmente todo cambiaría, la vida que tenía, toda se había ido...