Siempre has sido el inició de todo; de la vida, de los seres, incluso del "Nosotros". Creí que eso te incluía a ti y a mí... Que nuestro amor sería exclusivo y nuestro. De verdad que te amo tanto; pero, no más, está ya no es mi Vida; te dejó, te abandono a la suerte que mereces, a la suerte que forjaste como cicatrices en mi alma. Te dejó porque te amo y deseó guardar tu recuerdo como algo bello. Ahora es mi turno; mi papel en esto, como en la vida, es terminarlo. . . . Adiós.