La mayoría de los niños son afortunados, tienen un hogar amoroso, padres que se preocupan por ellos, y familiares que les consienten, pero el pequeño Kim Sanggyun no tenía tanta suerte; él era huérfano, no tenía a nadie en el mundo y no conocía el amor, aún así, su naturaleza era buena, había nacido siendo amable. Kim Donghan, el pequeño amo heredero del conglomerado más importante de Corea del Sur contrariamente, lo tenía todo en el mundo, amor, dinero y poder, sin embargo, eso lo había hecho un niño cruel y desalmado, o al menos eso opinaban todos los que le conocían. Un día, la inesperada vida les une, y es así como la vida de Kim Sanggyun da un giro de 180° pero no todo lo que brilla es oro, y esta es una de esas ocasiones, por qué la vida no tiene fama de ser justa.