Era tarde, tenía que irse a dormir. Iba a acostarse con lo que tenia puesto, pero era ropa no adecuada para dormir. Busco en los cajones, encontró la remera de un pijama que usaba de pequeña, pero siempre le siguió entrando. Se la puso con un poco de dificultad y se dejó el short que llevaba. Fue al baño para lavarse los dientes y se vio al espejo. Aquella remera ya no le entraba, no era para ella. Y los recuerdos volvieron a atacar, como cuchillas clavadas en su débil corazón. Le rodó una lágrima por la mejilla. Extrañaba. Extrañaba su madre ayudándola con sus deberes. Extrañaba que sus amigas se vieran en los recreos y después de todas las vacaciones el reencuentro fuera hermoso. Extrañaba que sus rollos en la panza sean solo para hacer una boca y jugar. Extrañaba jugar con sus primas a las muñecas y que eran famosas vistiéndose con ropas de su madre y tías. Extrañaba que los domingos sean exclusivos de sus familiares y no para salir. Extrañaba que los chicos le den asco. Extrañaba sentirse hermosa. Extrañaba algo que no volvería, algo que se había quedado atrás, era una adolescente ahora. -¡No!- gritó. Y cayó otra lágrima. Se apoyó sobre la pared y se arrastro al suelo, se tapó la cara con las manos y las demás lágrimas brotaron, otra vez... Bueno, este vendría a ser cierta parte de casi el final de la novela, ¡Espero que la disfruten!All Rights Reserved