Tengo 16 años, muchos chicos y chicas desean tener mi edad, la edad "perfecta". Pero te das cuenta de que simplemente son dos números más, que forman otro año más. Y poco a poco entiendes, que no es la edad lo que es especial, sino las personas que te llevas de ella, y los recuerdos que te regalan, los momentos bajo las estrellas, montando en bici, o en la simple casa del árbol.
Por esos recuerdos que me diste, te estaré agradecida eternamente, gracias a ti entendí la magia de la vida, de una vida por la que me ayudaste a luchar.
"-¿Sabes qué es lo peor de todo esto?- le tiembla la voz, reprimiendo los sollozos que le desgarran el pecho.
A penas puedo hablar, mis ojos están cubiertos de lágrimas.
Él prosigue.
-Tener que verte todos los putos días con los ojos cerrados, sin saber si algún día llegarías a despertar."
Andy siente que todo le sale mal: acaba de ser rechazado por la chica que le gusta y necesita ayuda urgente para aprobar sus exámenes o tendrá que recursar en las vacaciones de invierno. Para colmo, su madre le consigue el peor tutor de todos: Edward, el chico más grosero, antipático y con fama de ser homofóbico. El escenario no podría ser peor.
Sin embargo, con cada tutoría, descubre que Edward es todo lo contrario: es amable, divertido y está secretamente enamorado de otro chico de la escuela.
Andy, al descubrir que Edward no es lo que todos piensan, decide ayudarlo con consejos de conquista a cambio de las tutorías, no obstante, a medida que pasa el tiempo, la relación entre ambos se fortalece. Mientras Edward sigue los consejos de Andy y parece que está conquistando al chico que le gusta según sus propias palabras, Andy comienza a cuestionar sus propios sentimientos.
¿Podrán conseguir la conquista perfecta o descubrirán que el amor verdadero está más cerca de lo que imaginaban?