-Hemos terminado de examinar el sitio, no hay huellas dactilares, no se encontró el arma con la que se atacó al chico, pero lo que sí comprobamos es que son 5 litros de sangre y toda le pertenecen a Calum. -Nos informó uno de los policías tratando de ser lo más directo posible. -¿No hay alguna manera para poder localizarlo? -Pregunto su padre, desconsolado. -Me temo que no, pondremos su fotografía en toda la cuidad y en la estación, con la esperanza de que alguien reporte información útil. -Le colocó la mano sobre el hombro a manera de consuelo.- Siendo honesto señor, con toda la sangre que perdió, dudo que siga vivo aunque por ahora lo declaramos como desaparecido. Rememoré las agrias palabras del policía en aquella noche, las palabras que me perseguirán por el resto de mi vida.