Leah y Jonathan estaban realmente enamorados. Comprometidos y planeando la futura boda. Pero un día, al llegar a casa después de una larga jornada, Leah se entera de que Jonathan y toda su familia se marcharon sin dar alguna explicación. Solo dejaron un vacío que irónicamente estaba lleno incógnitas que jamás pudo resolver y una tristeza que parecía querer acompañarla de por vida. Decide mudarse a la gran manzana pensando que aquella ciudad le ayudaría a empezar de cero. Pero no. Cada año, en la misma época en la que había ocurrido todo, Leah revivía cada instante de aquel sufrimiento y con el pasar de los años, entendió que en ningún lugar del mundo encontraría la felicidad y decide regresar a Arlington. Volvería a sus raíces y buscaría la manera de ponerle punto y final a ese pasado tan amargo que la seguía a todos lados y no la dejaba ser feliz. Es durante la mudanza, cuando sufre un accidente que le da la visión que ella tanto estuvo buscando. Lo reconoce y en un abrir y cerrar de ojos, lo pierde de nuevo. ¿Será la imaginación de Leah, movida por el amor, la que evoca la imagen de Jonathan?¿O está en lo correcto y su amado vuelve a ella después de todos esos años para retomar lo que el destino les obligó a interrumpir?