Días, años y siglos han pasado, los vemos ir y venir una y otra vez, cometiendo los mismos errores de mil y un maneras, pero a veces queremos formar parte de ellos; ríen, celebran, sufren... Son muchos sentimientos y nosotros no tenemos esa facultad, no sentimos, ni siquiera sabemos lo que es el dolor o por lo menos unos cuantos. Cada vez que cometen un error, los espíritus regresan a pagar sus fechorías, dándoles una nueva vida, un nuevo cuerpo, otra oportunidad de remediar todo el mal que causan, nosotros sólo miramos y cuando tenemos que interceder, algunos permanecemos en el anonimato y otros tienen la fortuna de interactuar con ellos. Pero compartimos el deseo de poder probar un poco de lo que son los humanos y tal vez, descubrir algo nuevo...