Yuuri creció rodeado de historias hermosas, todas ellas contadas por su madre que escribía y
dirigía el onsen con su padre, Hiroko, siempre pendiente que sus pequeños disfrutaran al
máximos su infancia, que nunca les hiciera falta un sueño ni ilusiones, se dedicaba a escribir y
contarles todas esas historias que nacían en su mente, en su imaginación. Muchos años
después, Yuuri recuerda una historia con mucho cariño, sabe que son solo cuentos fantásticos
y que son irreales, pero siempre fue su favorito, El hilo rojo del destino.
Él es feliz, su cotidiana vida posee su encanto. Su talento con el patinaje artístico lo llevó a
ganar varias medallas, una que otra olimpiada, pero siempre estuvo consciente que todo tiene
un principio y un final. Decide retirarse, pero no quiere dejar del todo al hielo, así que comienza
a entrenar a jóvenes principiantes en su pueblo natal. Su imagen le ha hecho ganar el dinero
suficiente para vivir cómodamente dos vidas, Mientras entrena, estudia una carrera, Medicina,
es una opción bastante buena ya que desea ayudar a más personas.
Lo que no se esperaba, era encontrar a una persona que marcó su principio en el patinaje
artístico, alguien a quien admira inmensamente, no de la forma que desea. De la forma que
nadie desea...
Acostado en una camilla y un hilo rojo atado a su meñique.
Su madre le contaba la historia de ese hilo que él mismo posee, ese hilo que comenzó a ver y
que le causó insomnio por días... porque sabía el significado...
¿Cómo se perdió en el mundo, para no haberse enterado que él...?
"La vida no termina cuando alguien no te quiere, la vida termina cuando alguien que te
quería se desilusiona, cuando alguien a quien amas muere, cuando alguien que te conoce
y te acepta con todos tus defectos se va, por kilómetros o por tres metros de tierra"