Virginia Sanna debe cumplir una misión a todas luces imposible. Debe lograr que los jugadores de fútbol del instituto aprueben matemáticas para pasar de grado, de lo contrario el equipo de fútbol dejara de existir como tal. Las esperanzas de todo el Instituto Raimon están sobre los delgados hombros de Virginia. Si de ella dependiera, dejaría que esos jugadores brutos y egocéntricos se hundieran en el infierno, pero el director le promete algo que no puede rechazar y sin darse cuenta se ve en medio de los jugadores más fuertes (y guapos) de todo Japón.