Al principio fue raro, todas las personas a mi alrededor trataban de tomarlo como normal; incluso yo, y no era el hecho que estuviera mal, es que era muy raro. Y tampoco era el hecho que no lo aceptara, claro que lo aceptaba; pero era el hecho que yo pensaba conocer a mi madre como la palma de mi mano; y de repente, resultó no ser así. No puedo culparla, quizá yo era demasiado ciega, quizás yo simplemente no comprendía que el matrimonio con mi padre era una pantalla inquebrantable entre familia, una pantalla que mi madre se había esforzado demasiado por romper - cosa que yo admiraba de ella; tener tanto valor para ir a la contra -. Un año después de su divorcio, yo la incité a conocer nuevas personas. Yo no tenía ni la menor idea para ese entonces.