Iba caminando por el pueblo, el cual los zombis habían conquistado. Estaba sola, hasta que me crucé con un grupo que me protegió durante meses, pero lo bueno no duró demasiado, y cuando me quise dar cuenta se fueron a por suministros y nunca volvieron. Al ver que lo único bueno que me había pasado se acabó empecé a ver esta mierda como si un caminante fuera un humano y, aunque me mordiera no me pasaría nada. Al tener ese pensamiento, empecé a dejar de temer a los caminantes. Fue esa noche, mientras caminaba por la calle mayor, cuando vi aquel cuerpo, no de caminante, sino de niño tirado en la calle, inconsciente, mientras que un caminante se acercaba a morderle. Al rescatar al niño y cuidarlo por dos días despertó. Me hice amiga suya...¡Hasta me fui con su grupo por no separarme de él! Y, he de confesar que, llegue a enamorarme de él. Pero un descuido causó un desastre.